No es necesario exagerar

El video del intendente pasando baldes en medio del incendio, no modificó en nada la situación de las familias afectadas.

Opinión 04/08/2025Carta UrbanaCarta Urbana
E Durand incendio
Con esa imagen era suficiente

En la ciudad hay un importante número de obras en ejecución, algunas de gran envergadura, hay anuncios de iniciativas públicas significativas, hay trabajos menores pero relevantes porque la ciudad con infraestructura antigua o una alta tasa de uso de la que fue renovada, requiere siempre inversiones que, la mayoría de las veces van por detrás de las necesidades.

La gestión municipal ofrece por estos meses proyectos cuyo perfil se orienta a reconocer y dinamizar el potencial de emprendedores, a visibilizar un enorme grupo de esforzados   ciudadanos que en base a sus diversos oficios pugnan resolver sus necesidades y las de su familia en un contexto económico, que por escala productiva y  nicho, nunca les fue favorable.

El intendente Emiliano Durand es antes que nada un emprendedor digital, que advirtió mucho antes que otros, el impacto de la comunicación multiplataformas, el uso de redes sociales y las posibilidades que se abren en la era digital, para comprar y vender.

Ya en 2018 Durand participaba en un selecto conjunto de empresarios salteños, muy pocos, que podían acceder a intensas sesiones mensuales de entrenamiento e intercambio de experiencias, dirigidas por un grupo de formadores de CEOS del más alto nivel en el país, para mejorar todos los aspectos de la gestión empresarial.

Su llegada al primer plano de la política y a la intendencia de la ciudad, es en gran parte resultado de haber comprendido el momento de la comunicación, de haberse formado, formado equipos y proyectarse.

Su estilo de cercanía a la gente no es tan novedoso, muchos lo intentaron, pero si parece más genuino para atender y entender, el intersticio social donde residen las principales angustias que depara la sobrevivencia del día a día, de los vecinos que tienen menos oportunidades de abrirse paso con oficios o habilidades manuales y productivas.

Y en ese contexto se muestra cada vez que puede, en videos ligeros, en un intercambio amable, en una mediación ante el pueblo, que lo tiene como protagonistas en ferias, talleres, encuentros; esa relación que es campo de su dominio primigenio en el ámbito de la comunicación se da muy fluida, porque la población objetivo se siente contenida  en el cara a cara que el intendente ensaya cada tanto.

Esa proximidad, instrumentada obviamente con recursos públicos será redituable en algún momento, en términos políticos, aunque tiene como techo intrínseco un mercado acotado.

También resulta aceptable que el intendente se moleste e indigne en redes sociales por la conducta siempre reprochable, de ciudadanos, algunos de ellos dueños de empresa,  que carecen de la más mínima empatía, desprecian las normas básicas de convivencia y tiran residuos de todo tipo, en donde les venga más cómodo.

Ha construido en este tiempo de gestión un contacto natural, una afinidad propicia para uno de los objetivos sociales de la gestión municipal, que son los emprendedores y otras iniciativas institucionales que se reflejan de modo permanente  en lo que se conoce ahora como el ecosistema comunicacional potenciado por la potente redistribución instantánea en redes.

En ese afán el intendente no pudo separar el viernes 1 de agosto, su constructo cotidiano, de la tragedia de las familias del barrio Ampliación 20 de Junio, devastadas por el fuego.

Con la misma impronta que en las ferias o en las intervenciones por los residuos, el intendente llegó a la zona del incendio y se puso, como uno más, en el pasamano de los baldes para apagar el fuego; el equipo de prensa lo filmó cual un héroe, entre tantos vecinos ignotos que asistían a la carbonización de sus bienes más elementales.

Había equipos formados para combatir el fuego, los vecinos ayudaban y no era imperioso, ni imprescindible,  que el intendente se sume de ese modo a pasar los baldes que iban y venían.

Un intendente cercano, sí; en el lugar, presente, pero ayudando en la coordinación o sumado a ella, revisando con sus funcionarios más inmediatos el nivel de respuesta que estaba dando la Municipalidad, evaluando al minuto   la efectividad de los recursos.

Era la misma idea de cercanía, compromiso, presencia, comprensión, asistencia, acompañamiento, pero era un escenario diferente, sensible, doloroso y angustiante.

Claro que el intendente debía estar, pero hubiera bastado con la foto que acompaña esta nota.

La imagen del intendente pasando baldes en medio del incendio no modificó en nada la situación de las familias afectadas y muchos pueden pensar, que por más genuino que haya nacido el gesto, que se buscó un aprovechamiento político inadecuado.

Puede atribuirse la instancia al ímpetu, la personalidad, la decisión propia de estar cerca. La gente pudo haberse sentido acompañada, pero la filmación no era necesaria; ¿qué habría pasado si el incendio se cobraba heridos muy graves o vidas? ¿Habría filmaciones con el intendente transportando víctimas en camilla?

Quedó dicho que al intendente le sobran habilidades comunicacionales; pero  no es necesario, ni le hace falta exagerar.  

 Gerardo Rebak

Editor de Carta Urbana

 

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